La olvidada.

Desde hace años, siempre que doy un paseo por el entorno del Embalse de Navacerrada, no puedo echar una mirada a la Fuente del Pinar del Embalse que, para mi, es una de las mejores de todo el entorno.

Imagen del fuente hace un año.

Siempre protegida bajo las copas de los pinos cuenta con una gran sombra bajo la cual se puede descansar tranquilamente sentado en los imponentes bancos con mesa de granito o en ambos laterales de una construcción tan modesta como magnífica.

Es cierto que nunca ha sido una gran fuente con un gran caño pues de él no siembre ha brotado mucha agua, tal vez por que no se le ha mantenido bien o simplemente por que su manantial no da para más; pero siempre ha contado con ese estirado tubo que dejaba caer cada gota de forma elegante y discreta sobre una gran pila.

Hoy, caminando como hago de costumbre al rededor de ese gran charco, me he acercado a saludar a la anfitriona del lugar y he contemplado que su pilón estaba lleno de basura, botellas rotas, piedras maderas… y su caño completamente mutilado.

Del orificio seguía saliendo agua, apenas unas gotas que tímidamente se dejaban caer por la piedra como un lamento que se escurría silencioso.

Me da mucha pena ver una fuente en estas condiciones, una fuente que podría ser el referente de un lugar maravilloso para hacer una parada o disfrutar jugando en su entorno convertida hoy en un objeto olvidado, lleno de desperdicios y sin que nadie haga nada por arreglarla.

Es posible que en ese juego que nos hemos inventado de Apadrina una fuente tenga en ésta la necesidad de hacer una llamada urgente para que debamos centrar nuestros esfuerzos para recuperarla, para enseñar a todos que aquí tenemos una gran fuente que respetar y de la que disfrutar; y sobre todo a evitar que esta, como ya ocurrido con otras muchas, acabe olvidada.


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